Mente, cuerpo y alma

Muchos de los tratamientos complementarios y alternativos para el cáncer se centran en el bienestar mental y espiritual junto con el tratamiento físico. El diagnóstico del cáncer, y en particular en una enfermedad con una baja esperanza de vida como el mesotelioma, es a veces un foco de estrés y muchos pacientes buscan otras alternativas cuando la ciencia médica no cubre o no puede cubrir sus necesidades psíquicas. Muchas de estas terapias se centran en la conexión del cuerpo con la mente y en la importancia de cuidar ambos.

Ejemplos de mente, cuerpo y alma

Aunque muchos de estos tratamientos, tales como la meditación, el yoga, el pilates o la aromaterapia son familiares, hay otros que no se conocen en nuestro país pese a estar bien asentados en otras culturas. El Qigong por ejemplo tiene una tradición de más de 7.000 años en la medicina tradicional china. Algunos de estos tratamientos usan actividades familiares tales como la danza, la música o el arte, cuidadosamente direccionados para aumentar el bienestar del paciente y mitigar los síntomas de los tratamientos estandarizados.

Prácticas populares

De acuerdo con el Instituto Nacional del cáncer, las terapias complementarias más populares son aquellas que se relacionan con la salud emocional y espiritual –el 61% de los que sobrevivieron al cáncer practicaron la meditación y otras prácticas espirituales durante su lucha contra la enfermedad. La relajación es la segunda terapia más popular, pues el 44% de los supervivientes reconocieron haberla usado. Además el 42% reconocieron secundar tratamientos espirituales. Aunque muchas de estas terapias no están probadas, sus beneficios –tales como la mejora en la calidad de vida- son difíciles de acreditar con ensayos clínicos.

Es importante saber que muchas de estas terapias son medidas para reducir los síntomas, más que tratamientos curativos. Antes de empezar cualquier tipo de tratamiento alternativo o complementario, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda que los pacientes lo discutan con sus médicos. Los tratamientos estándares para el cáncer pueden debilitar el cuerpo, haciendo a ciertas actividades difíciles y peligrosas.